Nos precisan que Ricardo Monreal ha transparentado todos sus gastos, semana tras semana, ya ocho, que ha tenido en este recorrido por los 32 estados de la República mexicana como parte del proceso interno de Morena para ser votado y lograr ser el Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.

Cada lunes, mediante sus redes sociales o en encuentro con medios, da a conocer lo que leva erogado: en 66 días, 3 millones, 507 mil pesos.

Esto habla de su honestidad y de que se ajusta a la austeridad republicana que Morena prometió hacer su sello. Fueron cinco millones los que les otorgó el partido a todos sus aspirantes. Quizá sea el único que se ajustó y hasta por debajo de este tope quedó, aparentemente ningún otro de los cuatro importantes puede presumir de lo mismo.

Su campaña ha sido transparente, sin acarreos, espectaculares, pintas. Al fin que no le hace falta porque tiene la mejor arma: la solidez que le da la trayectoria y su inteligencia.

Quien ha escuchado sus asambleas informativas ha sido por decisión propia, por interés legítimo.

Monreal no ha tenido un gran despliegue, y tampoco se ha excedido en sus gastos. Nunca ha tomado dinero público, ni en el Senado de la República, porque sus viajes en los que acompañaba a algún compañero de bancada siempre fueron pagados con sus propios recursos. Y cualquiera puede constatarlo.

Como bien dijo Monreal, no hubo piso parejo en estas ocho semanas.