En el ámbito interno, la actividad económica nacional ha seguido su proceso de recuperación gradual tras el choque ocasionado por la pandemia por COVID-19, si bien a un ritmo aparentemente menor en el margen. Hacia delante, persiste el riesgo de un mayor debilitamiento de la demanda interna, tanto por consumo como por inversión, a lo que se suma una potencial pérdida de dinamismo de las exportaciones. La calificación crediticia soberana continúa manteniendo el grado de inversión con una perspectiva estable por parte de siete calificadoras para los siguientes meses, luego de que una de ellas anunciara una reducción en julio de este año y ajustara su perspectiva a estable. Respecto a la calificación crediticia de Pemex, esta también registró una disminución en julio, y ya no se esperan ajustes adicionales en los siguientes meses.

En este contexto, el sistema bancario mexicano continúa mostrando resiliencia y, en general, una posición sólida con niveles de capital y de liquidez que exceden con holgura los mínimos regulatorios. Sin embargo, cabe señalar que, ante la posible materialización de algunos de los riesgos señalados, la calidad de la cartera crediticia de la banca podría registrar deterioros. En cuanto a los intermediarios financieros no bancarios, destaca que algunas instituciones han enfrentado dificultades asociadas al encarecimiento y menor disponibilidad de sus fuentes de fondeo. Si bien no se descarta que dichas dificultades pudieran extenderse a otros intermediarios, cabe señalar que este sector tiene una participación pequeña y está relativamente poco interconectado con el sistema financiero en su conjunto, por lo que no representa un riesgo de alcance potencialmente sistémico.

El Consejo también tomó conocimiento de los trabajos conjuntos realizados por la misión del Programa de Evaluación del Sector Financiero del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial y las autoridades financieras mexicanas, para evaluar la solidez del sistema financiero mexicano y cuyos resultados se conocerán a finales del presente año.

El Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero está conformado por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, quien lo preside, la Gobernadora del Banco de México, el Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, dos Subgobernadores del Banco Central, el Presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el Presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, el Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro y el Secretario Ejecutivo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario.