La secretaria de Agricultura publica en su pagina de internet una historieta titulada ¡A rescatar el campo mexicano”! Realizada por un reconocido monero.

Dice entre otras cosas que “la estabilidad y prosperidad del campo mexicano se explican porque entre 1921 y la década de 1980 los gobiernos lo subsidiaron y crearon instituciones (como la secretaría de la Reforma Agraria, el Banco Ejidal, el Banco Rural, la Conasupo y muchas más) que apoyaban al campesino y que le aseguraban que sembrar la tierra les permitía vivir y mantener dignamente a sus familias. Todo esto se acabó cuando llegaron al poder los neoliberales, que creían que había que dejarlo todo al libre mercado.

Los gobiernos de Miguel De la Madrid hasta Enrique Peña Nieto le quitaron los subsidios al campesinado y dejaron en ruinas a las instituciones que apoyaban al agro. Además, se abrieron las importaciones masivas de granos y demás productos. El resultado fue desastroso, el campo mexicano quedó en la ruina, perdimos la autosuficiencia alimentaria, y sólo prosperaron los cultivos más rentables, entre ellos los ilegales. ¡Le dieron en la madre! Quiso decir el autor de la historieta.

Pero llegó la 4T y para remediar esta situación crearon los Programas de Bienestar para el campo mexicano, crearon Segalmex, algo parecido a lo que fue Conasupo, y empezaron a repartir dádivas a los campesinos por cientos de miles de millones de pesos, para que cuidaran arbolitos de Navidad, de cítricos, de madreas preciosas. Intentaron restructurar a las instituciones financieras que apoyaban al campo para que apoyaran proyectos productivos, pero como el campo no es su campo, han fracasado en reactivarlo. Y dicho sea de paso Segalmex, al igual que Conasupo, también se convirtió en un nido de ratas de dos patas.

Ahora, en 2022, dice la historieta en cuestión, reactivar al campo es cosa de vida o muerte. ¡Estamos justo a tiempo para evitar una hambruna! Advierten. Hay que sembrar para asegurar la “papa”. Hay que activar esa tierrita que tenemos sin trabajar y también hay que usar el traspatio. ¡Que todos en el pueblo se pongan a cultivar todas las tierras! Exclaman.

Y tal vez no este mal el llamado. Pero las preguntas obligadas son: ¿Con qué dinero lo van a hacer? ¿Dejarán de repartir dádivas: en los programas sociales para destinar los recursos al campo jodido? ¿Podemos con seguir la autosuficiencia alimentaria? ¿Cuántos años llevará?

¡No se hagan ilusiones! Les dicen los “agroyuppies a los jodidos. Si nosotros no pudimos, los de la 4T tampoco conseguirán un campo productivo y próspero, agregan.