• La Pensión para el Bienestar no atiende las necesidades de las mujeres adultas mayores, resultado de las desigualdades que enfrentan por ocuparse en el trabajo no remunerado

Entender que las mujeres y los hombres desempeñan papeles complementarios en el proceso de producción permitirá tener un sistema de pensiones equilibrado en el que las decisiones de política pública sean implementadas con perspectiva de género.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. (CIEP), en el análisis ‘Un sistema de pensiones sin perspectiva de género’, examina por distribución entre hombres y mujeres, así como por decil de ingresos, los recursos destinados a pensiones, y resalta la importancia de generar políticas públicas con perspectiva de género.

El CIEP refiere que, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, se destinarán 1.7 billones de pesos a pensiones, de los cuales el 78.5% corresponde a pensiones contributivas, y el 21.5% será para financiar las pensiones no contributivas.

Asimismo, de las personas que reportan recibir una pensión contributiva, el 58.4% son hombres y 41.6% mujeres, éstas últimas reciben en promedio una pensión 14% menor; adicionalmente, las mujeres que pertenecen a los hogares con menos ingresos perciben una pensión 6.6 veces menor que las mujeres de mayores recursos.

Por otro lado, comparado con 2018, en 2020 son más las mujeres que reciben la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, sin embargo, esto no quiere decir que el programa tenga perspectiva de género, ya que no atiende las necesidades específicas de las mujeres adultas mayores, sino que es el resultado de las desigualdades que han enfrentado por ocuparse en el trabajo no remunerado.

El CIEP resalta que, además de mejorar la productividad y salarios de todas las personas, reducir las brechas laborales de género estimularía el crecimiento, ya que, en promedio, el Producto Interno Bruto podría incrementarse 35%. Para ello existen diversas medidas tales como la ampliación de servicios de cuidado de menores y ancianos, reformas tributarias que incentiven la participación laboral entre los trabajadores de bajo ingreso, financiamiento público de licencias por maternidad, y un mejor acceso y seguridad en el transporte público.

En el sistema de pensiones no se estimula la inclusión de mujeres, pues por instituciones, menos mujeres reciben una pensión, además de que perciben menos, lo que impide que tengan una vejez digna. Este es un tema que se debe tratar urgentemente, pues la desigualdad de oportunidades tiene como consecuencia importantes costos económicos que perjudican las finanzas públicas de todo el país.