La Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN) que se llevará a cabo esta semana –la segunda reunión trilateral de este tipo desde que el Tratado México, Estados Unidos-Canadá (T-MEC/TUSMCA/CUSMA) entró en vigor el 1 de julio de 2020– representa una oportunidad única para fortalecer la competitividad económica continental. Los acontecimientos recientes han transformado significativamente los flujos de comercio internacional y de inversión, y América del Norte tiene una ventana de oportunidad corta para capitalizar sus ventajas competitivas incomparables.

En conjunto, nuestros tres países generan casi un tercio de la actividad económica mundial. Estados Unidos, México y Canadá representan un mercado de más de 500 millones de personas, y los tres países son sistemáticamente el principal socio comercial del otro. Cerca de la mitad del comercio de América del Norte es intrarregional.

Previo a la última reunión de la CLAN en noviembre de 2021, grupos empresariales de toda América del Norte destacaron conjuntamente la necesidad de que los sectores público y privado trabajen juntos para expandir el comercio, apoyar eficazmente a las MiPyMES, evitar interrupciones en las
cadenas de suministro, impulsar la competitividad económica, defender el estado de derecho y cumplir con nuestros compromisos compartidos del T-MEC/USMCA/CUSMA.

Aprovechamos para reconocer que se han hecho esfuerzos importantes durante los últimos 14 meses, y destacar que aún hay trabajo importante por hacer para alcanzar estos objetivos. El TMEC/USMCA/CUSMA tiene como propósito facilitar una cooperación económica más estrecha y proporcionar seguridad jurídica para el comercio transfronterizo y la inversión, con mecanismos sólidos de solución de controversias. Es importante trabajar en políticas públicas adecuadas para evitar el uso de estos mecanismos, que deben mantenerse como recursos de última instancia.

Hacemos un llamado a nuestros gobiernos para que trabajen en favor de una rápida resolución de los procesos de solución de controversias en el marco del T-MEC/USMCA/CUSMA en materia de energía, reglas de origen del sector automotriz y cuotas arancelarias de productos lácteos.

Asimismo, instamos a los tres gobiernos a negociar, a través del diálogo y la cooperación, la solución de otros retos actuales, como la posible prohibición del maíz modificado genéticamente, de manera que se evite que lleguen a procedimientos formales de solución de controversias. Nuestra resiliencia compartida, crecimiento económico y creación de empleo, así como la calidad de vida de nuestras sociedades, dependen de continuar con la toma de acciones estratégicas en favor de Norteamérica.

Hace más de 30 años, los creadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sentaron las bases de una plataforma regional de cadenas de suministro que permitiría a las empresas y a los trabajadores de los tres países comerciar y competir exitosamente con el resto del
mundo. Uno de los mejores ejemplos es la industria automotriz norteamericana altamente integrada. Hoy tenemos una oportunidad sin precedentes de posicionar a Norteamérica como el principal productor mundial de vehículos eléctricos (VEs). Pero sólo lo conseguiremos si trabajamos juntos en solucionar la escasez de materias primas clave, fomentar la inversión en nuevas capacidades de fabricación y facilitar a los consumidores la compra de VEs.

En todos los sectores, la capacidad de Norteamérica para competir con el resto del mundo dependerá en gran medida de la seguridad energética regional, con un plan de transición que garantice el acceso a electricidad y combustibles limpios y confiables a precios competitivos, que
permita a los inversionistas cumplir sus objetivos empresariales, así como sus metas medioambientales globales.

En el actual contexto global de creciente inseguridad alimenticia, el cumplimiento de los compromisos comerciales basados en ciencia de América del Norte nos permitirá satisfacer las necesidades alimenticias de nuestras poblaciones y del mundo, mejorar el medio ambiente, e impulsar la prosperidad de la gente que trabaja en nuestras industrias relacionadas con la agricultura.

Para alcanzar esta visión de una región de Norteamérica competitiva, es fundamental que nuestros gobiernos trabajen juntos en desarrollar estrategias que refuercen el Estado de Derecho, aseguren certidumbre para los negocios y se adhieran a mejores prácticas globales de transparencia,
previsibilidad, estabilidad, rendición de cuentas y el debido proceso.

Queremos acentuar una vez más la importancia de preservar los flujos comerciales en situaciones de emergencia. En la última reunión de la Comisión de Libre Comercio del T-MEC/USMCA /CUSMA en Vancouver, los tres gobiernos se comprometieron a establecer un subcomité que cooperaría
durante casos de emergencia para mantener, restablecer o abordar las cuestiones relacionadas con el comercio transfronterizo, así como un grupo de trabajo que establecería un entendimiento compartido de las prioridades de infraestructura crítica. Como organizaciones empresariales, ofrecemos nuestra experiencia y agradeceríamos la oportunidad de participar en los diálogos sobre un protocolo trinacional para reducir las disrupciones económicas durante crisis futuras.

Al comprometerse con la plena implementación y cumplimiento del T-MEC/USMCA/CUSMA, programas integrales para promover a las MiPYMEs, acciones para evitarsituaciones de emergencia y fomentar las cadenas de suministro resilientes, fortalecer las instituciones democráticas, garantizar seguridad a las empresas y la defensa del Estado de Derecho, los tres gobiernos pueden crear las condiciones para una mayor competitividad y nuevas oportunidades para las empresas de todos los tamaños y de todos los sectores de la economía.

A nombre de las comunidades empresariales de los tres países, esperamos trabajar con sus gobiernos para avanzar en estas recomendaciones y construir un futuro mejor para las sociedades de América del Norte.